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miércoles, 20 de junio de 2018

EL ABORTO EN COLOMBIA

En la sociedad contemporánea existe una dicotomía entre las personas que están a favor o en contra del fenómeno del aborto, el cual ha causado polémica en proporciones exorbitantes en Colombia; la primera en catalogar este hecho como un pecado, una barbarie o un acto inhumano es la iglesia católica, la cual no concibe el rechazo a la vida y a los anticonceptivos, que a mi juicio pertenece a una visión cerrada y conservadora, que en el tiempo postmoderno caduca y no plantea una solución de libre albedrio.
Más que un acto inmoral, el aborto es  una decisión que asume la mujer y que permite elegir en traer o no al mundo a un ser. Posiciones distintas entre lo injusto y lo justo, lo inmoral y lo moral, matar y no matar, relucen en torno a este tema, esto ha generado interrogantes como: ¿realmente se condena a un “ser viviente” a no existir? o simplemente, ¿se juzga a la mujer sin pensar en lo que la llevó a abortar?.
Vivimos en una cultura moral que no tolera una decisión “inhumana”, pero realmente ¿no va en contra de los derechos humanos negarle a la mujer la libertad de elección?, según José Ferrater Mora y Priscila Cohn, en su libro Ética aplicada, “no es justo que se obligue a una mujer a hacer con su cuerpo algo que no quiere hacer… obligar a una mujer a seguir llevando un organismo viviente que no quiere llevar parece ser algo así como una especie de esclavitud, una pérdida de autonomía, lo que, desde el ángulo moral, es estimado aborrecible. Podría compararse un embarazo obligado con un secuestro.”[1]
Ésta afirmación de los escritores, da credibilidad a que se le niega la oportunidad a la mujer de optar por el aborto; en nuestra constitución está inscrito el derecho de la libertad, que parece haber quedado relegado en  papeles o en lápidas, nos encontramos sumergidos en una sociedad que no tolera y castiga, señala al género femenino por su pensamiento y actuar. Todos los seres humanos deberían tener derecho a su propio cuerpo, a decidir sobre lo que quieren y les conviene. Los que se oponen al aborto hacen una excepción en el caso de una mujer embarazada: según ellos, su cuerpo no le pertenece y no puede hacer con él lo que quiera porque no debe hacer nada que ponga en peligro al feto que acarrea. O dicho de otro modo: parecen mantener que una mujer posee su propio cuerpo siempre que no se halle embarazada.
LIFE. Fotografía.2011

No se puede obligar tener un hijo que no se desea, por ejemplo, que es producto de una violación, lo cual paulatinamente, aunque no nos agrade se ha vuelto habitual en la sociedad. Hombres enfermos violan a sus hijas, a sus hermanas o a niñas desprotegidas en las calles, creándoles un trauma para toda su vida y un posible embarazo, si usted fuera mujer, ¿qué haría ante ésta situación “embarazosa”?, es una dura confrontación, difícil de resolver ante el bienestar de una joven o una niña que tal vez tenga la desdicha de transfigurar sus muñecas de trapo y plástico por una de carne y hueso.
Entonces he aquí otro interrogante: si la mujer no realiza el coito conscientemente  o voluntariamente y queda embarazada, ¿debe llevar el feto en su seno para asumir una responsabilidad así no tenga la culpa de ese hecho?, ¿no sería un acto injusto imponer a la niña o joven a adquirir el rol de madre y negarle la libertad?, en Colombia ésta clase de preguntas son cuestionables y generan un gran debate  en oposición y a favor.


Los que están en contra recurren al argumento de la potencialidad (el feto como persona humana en potencia) con el fin de destacar la cualidad moral particular que tiene un feto, esto es  un argumento  débil, porque comúnmente establecemos una distinción marcada entre lo potencial y lo actual, no es lo mismo un candidato a la presidencia y un presidente ya electo.

Con la intolerancia, creamos una isla y discriminación por las diferencias de pensamiento, nadie puede imponer su inclinación por algo, debe primar también el derecho a la tolerancia. En cuestiones de ética, se puede argumentar que la ética universal se refiere al cuidado del medio ambiente y al apaciguamiento del calentamiento global, pero en cuanto al aborto, es una decisión individual o si hay una pareja se toma en conjunto y  no concierne a nadie más.
En Colombia existe la ley 1412 de 2010 que habla sobre la ANTICONCEPCIÓN QUIRÚRGICA en su Artículo 2° sobre el servicio gratuito donde señala que: El Estado garantiza de manera gratuita la práctica de la vasectomía o ligadura de trompas. Lo cual sería una opción viable para evitar embarazos no deseados, sólo que ésta aplica para mujeres o parejas que hayan tenido 2 o más hijos, sin embargo,  las solteras y sin hijos no pueden acceder a esta oportunidad, negándole sus derechos; de abrir el espectro se evitarían muchas muertes. La solución no acarrea el señalamiento sino la legalidad, para que no sigan muriendo féminas en la clandestinidad.


En cierta medida apoyo el aborto, siempre y cuando sea inducido a tiempo, pues creo que después de las ocho semanas de gestación el feto comienza a adquirir grandes proporciones, lo cual acarrea mayores riesgos para la mujer. Es una opción inducir el aborto desde la perspectiva de la violación y el riesgo de la madre;   cada mujer debería ser libre de decidir su porvenir.



[1] FERRATER MORA, José. COHN, Priscila. Ética aplicada: del aborto a la violencia. Madrid: Alianza Editorial, D.L. 1981. 207 p. ; 20 cm. (Alianza Universidad ; 300)