Arte público y de participación, que mediante el grafiti, dibujos y frases, recurre a la interacción entre espectador y obra. La propuesta es de carácter social, maneja una estética postmoderna de lo kitsch (de mal gusto), de lo irónico y lo efímero. Utiliza el muro urbano como soporte, con la intención de que el espectador exprese libre y públicamente sus inquietudes y opiniones sobre la problemática del desamor a causa del maltrato hacia la pareja en la sociedad colombiana, en específico la ciudad de Barranquilla.
La pared o el muro simboliza una barrera, una frontera, la cual no se puede atravesar, no permite que la sociedad conozca sobre una de las causas principales del desamor: el maltrato a la pareja, pero que esta vez rompen las ataduras y expresan lo que siente cada participante que escribe, pinta o dibuja sobre ellas; las paredes hablan sin fronteras, sin miedos y sin tapujos.
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